CATHERINE DOLTO: retomando el coraje de vivir

El 26 de julio del 2018 publicaron en el diario Liberation de Francia, un artículo de CATHERINE DOLTO: «ON REPREND LE COURAGE DE VIVRE»” retomando el coraje de vivir”

«Estar desgarrada, con el ruido que hace cuando eso se produce, es lo que me viene al espíritu cuando pienso en la vida humana. Desgarro constante de saborear lo bueno cuando se sabe que otros agonizan en los refugios donde un tirano los encerró porque querían decir lo que era justo y verdadero. Violaciones, torturas, niños que gritan su depresión en un desierto afectivo vacío de sentido. Las especies desaparecen, el océano se vuelve acido, los arboles caen de a miles, el humano ha creado en su biotipo los sufrimientos que se infringe desgarrando todas las incomprensiones, proyecciones, que encierran el corazón de los humanos. Nausea cuando de repente se percibe en toda su brutal intensidad el derroche de las cosas y la gente. Y en el medio de todo eso, la evidencia de la felicidad que surge, con sorpresa a veces, con la emboscada de la pura alegría, irracional y salvaje, en esos momentos de gracia en los que, a pesar de todo, lo bello y lo bueno nos atraviesa, nos refuerza, nos abre los sentidos. Cuando el desafío altera el pensamiento, hunde las evidencias y renueva todo el Sujeto. Esos momentos de felicidad nos vuelven a traer al mundo, cuerpo y alma confundidos en una sola carne en la cual los significantes están inscriptos desde la noche de nuestros tiempos: la vida fetal. Se retoma el coraje de vivir. Que me hace feliz? Tantas cosas, las grandes, nobles, que todo el mundo conoce… y las minúsculas, a menudo inexplicables, a veces inconfesables. Cuando me siento en relación, en convivencia con otros humanos o con los animales. Aprender, comprender, descubrir. Una música, un recuerdo, un paisaje, una buena comida compartida.

La inteligencia al servicio de los humanos, la creatividad, amar, ser amada por razones verdaderas. El recuerdo de mis padres. Sentir que encontré un hilo para que el otro encienda la lámpara que le permitirá ver con menos oscuridad. Sentir bajo mi mano a un niño que aun no nació y que me reconoce como su semejante y me invita a jugar . Llegar a abrir un corazón cerrado. Reír, la poesía que hace efracción